Torreparedones es un yacimiento de una ciudad-santuario íbero-romana amurallada de unos 4.500 años de antigüedad.
Se sitúa en la campiña cordobesa, en el límite septentrional de los términos municipales de Castro del Río y Baena, tratándose de un asentamiento que ha tenido ocupación humana desde los tiempos de la Edad del Cobre y que en la etapa orientalizante (siglo VI a.C.) se dotó de una sólida muralla que en algunos puntos alcanzó los nueve metros de espesor y que reforzada con contrafuertes y torreones delimitaba un espacio interior del orden de las 10 hectáreas.
El ayuntamiento de Baena adquirió en 2004 dos terceras partes de las 18 hectáreas que ocupa el yacimiento para su recuperación, puesta en valor y musealización.
Fuera de las murallas de Torreparedones, en el extremo meridional de la ciudad, se han detectado los vestigios de lo que hubo de ser un importante santuario íbero datado en los tiempos en que ya se registra aquí la presencia romana (siglos II-I a.C.). Se han encontrado multitud de pequeños exvotos fabricados en piedra caliza local, que destacan por su tosquedad y esquematismo.
Estas pequeñas estatuas se interpretan como exvotos ofrecidos en lo que fue un santuario ibero, para agradecer dones recibidos, cumplir promesas, pedir sanación de enfermedades, etc.
El santuario debía aprovechar la especial calidad mineralógica del cercano manantial de El Pilar, cuyas aguas son recomendadas para enfermedades como la artritis, reumatismo, gota, etc.
En este enclave fue hallado un exvoto escultórico de piedra, representado por una figura femenina que tiene en su frente la inscripción latina Dea Caele